No te enamores de una mujer inteligente, de una mujer que
siente demasiado, de una mujer que escribe y piensa mucho. Tampoco la escuches
o prestes mucha atención a lo que dice, porque se meterá en tu corazón sin que
te hayas dado cuenta.
Enamórate de una simple, básica y en lo posible que tenga
mala ortografía, ella te dará alegría sin sabor, de esa que no despierta
emoción. En cambio, una chica inteligente, sería capaz de narrar la historia
más aburrida y hacerla parecer divertida, interesante, ocurrente. Esa que
escribe hasta en una servilleta, será capaz de moverte algo más que el piso.
Búscate una chica artificial que solo se preocupe por su
aspecto, de esas a las que les gusta mostrar el cuerpo; te vendrá bien en todas
esas fotos y reuniones sociales. Tu mamá dirá que podrán tener hijos hermosos y
que ella se dedicará a cuidarlos cuando llegue el momento.
Una chica a la que le gusta escribir y leer, en cambio,
podría reírse de alguna tontería en plena calle, cuando recuerde algún chiste o
cuando decida ser ella misma en alguna reunión y convertirse en una persona
interesante llena de cuentos y aventuras. Su risa podría ser muy franca, viral
y contagiosa; de hecho podría hacerte reír todo el tiempo. Por cierto, además
de genuina también es muy femenina, pero lo es con un vestido de noche o con
jean y zapatillas, porque es mujer por su esencia y no por aquello que viste.
Es bellísima siempre, con un traje de diseño o con el cabello apenas atado y
ropa de entrecasa.
Mejor disfruta de tu vida con una chica cualquiera, trivial,
playita y simple, de esas que a todo te dicen “Si” y nunca te contradicen en
nada, sin siquiera mantener una opinión propia. Tendrás una vida sin
preocupaciones y sin montañas rusas emocionales. Siempre sabrás qué esperar y
cómo, hasta cuando estén en la intimidad.
Por otra parte, esa clase de mujeres abundan en todas partes
y son más fáciles de conquistar. Te será fácil encontrarlas, por lo general se
suelen ofrecer mostrando, antes que sugiriendo. Son de las que no dejan nada
librado a la imaginación, y puedo asegurarte que será así por el resto de su
vida.
Deja de lado a aquella chica que escribe, atrevida,
misteriosa y oculta detrás de su inteligencia. Esa que es capaz de mostrar su
lado más salvaje cuando se siente cómoda y aceptada, porque será ese, aunque no
lo creas, el momento en que resultará más atractiva que nunca. Ella, la chica
que escribe, que lee, que disfruta, que cuenta historias será todo un reto.
Mantenerla a tu lado no será cuestión sencilla.
En cambio, aquella chica que no escribe ni siquiera un papel
para decirte cuanto te ama o que ni siquiera sabe enviar un mensaje de texto
sin abreviar todo, será mucho más fácil de mantener, llévala a fiestas ruidosas
y llenas de gente plástica que solo asiste a aquellos lugares para que el ruido
de la música les impida escuchar la tristeza de sus pensamientos.
Conquista a una mujer que no escriba ni le guste pensar
demasiado, ella será fácil a la hora de consentirla y hacerle regalos, para
ella solo será cuestión de flores y chocolates, sin esperar más allá.
Piensa sin embargo, que si te enamoras de una mujer
inteligente, deberás escribir mucho, saber de buena música, o sencillamente
regalarle lo único que te exigirá siempre: calidad de tiempo. Ella necesitará
que la enamores todos los días, hablándole y escuchándola.
Para ella cualquier regalo podría ser especial, pero nunca
sabrás con seguridad qué es «cualquier regalo» porque sabes que ella retará tu
creatividad. Por otra parte, será mejor que cada vez que ella hable, la
escuches atentamente (no solo hagas de cuenta que la oyes) o la perderás para
siempre y te cerrará su corazón. Ese tipo de mujeres suelen ser muy seguras y
pragmáticas, o te aman incondicionalmente o te dejan de amar para siempre.
En fin, enamórate. Enamórate de la que irrumpa en tus sueños
cuando menos lo esperes, enamórate de esa que te rete y te desafíe. Conquista a
esa mujer que, sin darse cuenta, ya entró en tu cabeza, se metió en tu corazón
y no puedes ni la quieres quitar de allí. Enamórala porque te la imaginas en tu
casa, contigo a tu lado, en medio de un caos en la cocina. Enamórala con frases
inesperadas, con música que te conecte a ella, con deseos y mensajes que llegan
a deshora solo para recordarle que la extrañas. Enamórense. Pero si descubres
que ella es mucho para ti porque reta demasiado tu mente y es demasiado única,
corre a buscar a la chica que no escribe ni lee mucho, esa que no opina de
nada, que nunca discute, que a todo te dice “Si”, y tendrás a una de las tantas
mujeres comunes que pululan el universo femenino.
“No te enamores de
una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa,
que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma, y mucho
menos de una romántica que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que
se quede media hora contemplando una puesta de sol, el viento y no sepa vivir
sin la música. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de
su cara y de su cuerpo. No te enamores de una mujer intensa, lúdica, lúcida e
irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras
de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella,
de una mujer así…jamás se regresa”
Martha Rivera Garrido