Algunas noches antes de dormir, encerrada en mi
habitación, acompañada de los enseres, me da por contemplar el infinito de la
obscuridad imaginando nuestra vida juntos, esa vida que aún no nos
pertenece pero que llegaremos a vivir. Tantos besos, tantos abrazos, tantas
aventuras junto a ti. Imagino mis mañanas a tu lado, nos veo caminando por las
calles tomados de la mano, preparándote el desayuno, viendo películas en esas
tardes lluviosas, no tienes idea de todo lo que imagino, sueño con tus brazos,
con el color de tus ojos, el sonido de tu voz, aún no te conozco pero en esos
momentos me haces falta.
De pronto regreso al mundo real y me doy cuenta
de que todavía no estás a mi lado, recuerdo que estás en algún rincón del mundo,
tal vez soñando lo mismo que yo, deseando encontrarme. Debo confesar que me he
topado con otros creyendo que eras tú, como seguramente tú me has confundido
con otras, la vida es así, pero estoy completamente convencida de que
encontraremos el camino hacia el otro.
Te prometo mi amor que cuando al fin estemos
juntos, seré la mejor versión de mí, seré la mujer que toda la vida deseaste. Tan
segura estoy que Dios te ha elegido para mí que algún día voltearé al pasado y
me preguntaré cómo fue que sobreviví sin ti todo ese tiempo, entonces te veré y
sabré que valió la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario