[...] Al reventar el alba
del día que me quieras.
tendran todos los tréboles
cuatro hojas agoreras
y en el estanque, nido de
gérmenes ignotos,
floreceran las mística corolas
de los lotos.
El día que me quieras será cada
celaje ala maravillosa; cada
arrebol, miraje de la Mil y Una
Noches; cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte
un altar.
El día que me quieras, para nosotros dos,
cabrá un solo beso y la
beatitud de Dios.
-Amado Nervo