lunes, 16 de marzo de 2015

Carta para el futuro amor de mi vida...

¡Cariño, Hola!
Ya sé, quizá es un poco disparatado, una tontería. No te conozco aún, ni tú a mí; o quizá sí, pero no sabes que esta carta es para ti… ni yo lo sé. Te seré sincera, no he soñado mucho contigo. No como lo hacen muchas mujeres desde pequeñas, ya sabes: casarse, formar una bonita familia, ‘’vivir felices por siempre’’. No.
No sé desde que edad me golpeó la realidad, sólo sé que desde niña; y desde niña no se me ha dado pensar mucho en ti, perdón, es la verdad. Pero esta noche se me ocurrió escribirte, pensarte un poco. Aunque realmente no sepa en estos momentos a quien le escribo. Y es que cabe aclarar que simplemente no te veo como mi héroe, ni como un príncipe azul, ni mucho menos un ser perfecto. Para mí, eres un ser humano… con defectos y virtudes, con derecho a equivocarse y ser frágil en algunas ocasiones, como yo.
Quizá no siempre esté de acuerdo con tus decisiones y gustos… pero los respetaré, esperando que tu hagas lo mismo.
Tengo algunos planes. Ya sé… ya sé que planear a veces es malo, pues casi nunca resulta como se quiere. Pero son planes simples, ni siquiera me atrevería a llamarles planes; les llamaré pequeñas cosillas que sería increíble no pasar por alto.
¿Te gusta la lluvia? A mí me encanta.
¿No te gusta? Lo más probable es que te obligue a amarla, y si no lo logro, quizá haga que la odies más. ¡Así que prepárate! Cuando en una mañana, tarde, noche o incluso madrugada (cualquier tiempo es perfecto) te lleve a rastras bajo ella y te haga girar conmigo. Sí, lo sé, me odiarás por hacer que empapes tu cabello, rostro, y aquellos tenis viejos que no te cansas de usar, pero prometo que si en ese momento olvidas el mundo superficial y te hundes conmigo en risas y gotitas heladas o cálidas, eso será lo de menos.
Lloverá y después te arroparé a besos, lo prometo (es de las cosas que si puedo prometer, pues sería un encanto cumplir). Espero que no seas muy tímido, suelo comportarme cuando hay gente… pero salir de lo cotidiano está bien de vez en cuando, y haré alguna ridiculez esperando que me sigas la corriente. Correr, saltar, reír, gritar, girar. Sin duda, y aunque tu tengas más fuerza que yo, te retaré a jugar luchitas. A veces no paro de hablar, así que ojalá tengas cierto gusto por la lectura y el aprender, y/o sumo interés en lo que te gusta hacer, para que las conversaciones no falten. Chistes, bromas, burla hacia lo irónica que es la vida y las leyes morales. A veces también soy muy callada, ojalá sepas disfrutar el silencio, las miradas, sonrisas y caricias.
Amo… realmente amo escuchar música. Nos veo recostados en el suelo escuchando aquella lista de reproducción que me pone al límite, inmóviles, mirando a la nada. Haré lo que pueda por apoyarte en lo que te gusta, por ser tu base cuando te sientas tambalear, por ser tu compañía cuando la soledad te ataque, por ser quien te de ánimos cuando creas que no puedes más, o simplemente callar y abrazarte cuando te quiebres.
Seguro querrás tu espacio, así como yo querré el mío; la soledad o compañía de únicamente familia y amigos es muy necesaria a veces, ya sabremos encontrar el espacio para compartirnos y vivir experiencias juntos. No te confundas, con todo esto no intento decir que todo siempre será perfecto. Claro, habrán altibajos y sin embargo prometo poner de mi parte para solucionar lo que se presente.


Y llegará ese momento, en que después de dar tanto amor, se nos acabe. El problema, claro, es cuando a uno se le termina antes que al otro. Tú querrás seguir tu rumbo, yo el mío. Sin dramas, sólo aceptando que lo que empieza también acaba. Si eres tú quien decide marcharse, como dije al comienzo, habrá decisiones tuyas con las que no estaré de acuerdo, pero respetaré; no quiero que pienses que te buscaré. Si decides marcharte nada de mi te frenará. En cambio, si la que decide marcharse soy yo… te pido, hagas lo mismo. Aunque, acá entre nos, si compartí tanto contigo, dudo realmente querer marcharme a menos que sea necesario. Soy realista, en ocasiones fatalista. No me gusta esperar nada de nadie, prefiero llevarme sorpresas en lugar de decepciones. Me preparo para lo peor, espero lo mejor y acepto lo que venga. Sé que el amor es una reacción química, que el corazón sólo bombea sangre y por tanto no es donde vive el amor, y que la eternidad no se puede poner en manos de un mortal, lo sé. Te juro que lo sé y comprendo muy bien.


Pero también, como ser humano, tengo la esperanza de olvidar todo aquello, y que aún con nuestras diferencias, tú estés al final de camino… recordándome que hasta las ciencias más exactas tienen su margen de error. Y es sólo por eso, que esta carta es pensada en ti, y para ti. Cariño, espero no haberte aburrido, espero que también me esperes y sepas que esperaré por ti. No te buscaré, las mejores cosas llegan solas. Pero sobre todo espero que entiendas que desde hoy ya te soñé, aunque no te sueñe todo el tiempo. Y espero en algún momento me sueñes también.
Con amor futuro y en el momento en que me leas, presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario